lunes, 23 de enero de 2012

¿QUE ES EL GHG PROTOCOL?

¿Qué es el Protocolo de GEI?El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) es la herramienta más utilizada internacionales de contabilidad para los líderes del gobierno y de negocios para entender, cuantificar y controlar las emisiones de gases de efecto invernadero. Una asociación de una década entre el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), el Protocolo de GEI está trabajando con empresas, gobiernos y grupos ambientalistas de todo el mundo para construir una nueva generación de credibilidad y eficacia programas de lucha contra el cambio climático.
Además, es la base de casi todas las normas de GEI y el programa en el mundo - de la Organización Internacional de Estándares para el registro del clima -, así como cientos de inventarios de GEI elaborados por empresas individuales.
El Protocolo de GEI también ofrece a los países en desarrollo una herramienta de gestión aceptadas internacionalmente para ayudar a sus empresas para competir en el mercado global y sus gobiernos a tomar decisiones informadas sobre el cambio climático.
Historia
La Iniciativa del Protocolo de GEI se produjo cuando el WRI y WBCSD reconoce que una norma internacional de contabilidad corporativa y reporte de GEI sería necesario a la luz de la evolución de la política del cambio climático.
Junto con los grandes socios corporativos como British Petroleum y General Motors, la IRG presentó un informe titulado, "el clima de seguridad, negocios de sonido", que identificó a un programa de acción para abordar el cambio climático, entre las que se incluye la necesidad de una medición estandarizada de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Iniciativas similares se están discutiendo en el WBCSD. A finales de 1997, los administradores de la IRG se reunió con altos funcionarios del WBCSD y se alcanzó un acuerdo para poner en marcha una asociación de ONG-empresa para hacer frente a los métodos estandarizados para la contabilidad de gases de efecto invernadero en 1998. WRI y WBCSD se estableció un grupo directivo central compuesto por miembros de los grupos ecologistas (como WWF Centro Pew sobre Cambio Climático Global, el Instituto de Investigación Energética) y de la industria (como Norsk Hydro, Tokyo Electric, Shell) para guiar a los múltiples
partes interesadas, las normas de procesos de desarrollo.
Después de casi cuatro años después de la creación del Protocolo de GEI, la primera edición (68 páginas, 613 Kb) del Protocolo de Gases de Efecto 2Invernadero: Corporativo de Contabilidad y la Norma de Información (Corporate Standard) se publicó en 2001. Desde entonces, el Protocolo de gases de efecto invernadero se ha basado en la referencia del sector mediante el desarrollo de un conjunto de herramientas de cálculo para ayudar a las empresas en el cálculo de sus emisiones de gases de efecto invernadero y documentos de orientación adicionales, como el Protocolo de GEI para la contabilidad del proyecto.
Además, el WRI y el WBCSD han asociado con gobiernos, empresas y organizaciones no gubernamentales en los países desarrollados y en desarrollo para promover la amplia adopción del Protocolo de gases de efecto invernadero como la base de sólidas estrategias de cambio climático.
Un estándar global
En 2006, la Organización Internacional de Normalización (ISO) adoptó la Norma Corporativa como base para su certificación ISO 14064-I: Especificación con orientación, a nivel de la Organización para la cuantificación y el informe de emisiones de gases de invernadero y la absorción.
Este hito destacado el papel de estándar corporativo del Protocolo de gases de efecto invernadero como el estándar internacional de contabilidad de GEI y de organización empresarial y presentación de informes.
ISO, WBCSD, y WRI firmó un memorando de entendimiento el 3 de diciembre de 2007 para promover de manera conjunta tanto las normas mundiales.
Con quién trabajamos
WRI y WBCSD, a través de la Iniciativa de gases de efecto invernadero del Protocolo, trabaja con gobiernos, asociaciones industriales, organizaciones no gubernamentales, empresas y otras organizaciones de todo el mundo para construir plataformas de gases de efecto invernadero creíble, eficaz, robusto y de contabilidad e información que sirvan de base para abordar el cambio climático.
Quien utiliza el Protocolo de gases de efecto invernadero
Desde la publicación de la primera edición del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero: Corporativo de Contabilidad y Presentación de Informes Estándar (Standard Corporativa) en el año 2001, más de 1.000 empresas y organizaciones alrededor del mundo han desarrollado sus inventarios de gases de efecto invernadero mediante el Protocolo de GEI. Algunas de las mayores empresas del mundo están utilizando estándar corporativo del Protocolo GHG. El Informe 2007 del Clima Empresarial de Comunicaciones de las compañías Fortune 500 por CorporateRegister.com informó el 63 por ciento de las empresas utilizan el Protocolo de GEI. El Carbon Disclosure Project - una organización sin fines de lucro que representa a los inversores con activos por un total de $ 41 billón vale la pena - con regularidad encuestas de las compañías más grandes del mundo para evaluar las inversiones relacionadas con los riesgos y oportunidades asociados al cambio climático utilizando el protocolo de gases de efecto invernadero como el marco.
En 2008, el 72 por ciento de las compañías Fortune 500 respondieron a la encuesta.
La Encuesta de Fuerza de Trabajo 2010 de gases de efecto invernadero GEI Instituto de Administración y Personal de secuencia reveló que la mayoría abrumadora de los encuestados dijo GHG Protocol es el programa de clima de segundo más importante después del Protocolo de Kyoto en la medida de éxito y de gestión del cambio climático.


Si quieres descargarte los estandares, puedes hacerlo en este enlace de manera gratuita:
http://www.ghgprotocol.org/standards

Tambien podeis ver modelos de reportes de GEI, realizados por varias empresas en este interesane enlace:
http://www.geimexico.org/reportes.html

martes, 20 de diciembre de 2011

PROYECTO HUELLA DE CARBONO

CÁLCULO, VERIFICACIÓN DE LA HUELLA DE CARBONO EN LA RAZA OVINA LOJEÑA E INCLUSION EN ETIQUETA DE PRODUCTO BAJO EN EMISIONES DE CARBONO.

RESUMEN

Se propone una metodología para el cálculo de huella de carbono en productos hortofrutícolas, basada en el estudio del Análisis de ciclo de vida de productos según ISO 14040 e ISO 14044, y partiendo del análisis anterior el cálculo de la huella de carbono, según los estándares PAS 2050, PAS 2060, ISO 14064 e ISO 14067, incluyéndose los resultados en una “etiqueta de producto baja en carbono”  marca registrada oficialmente, (y publicada en el BOPI, boletín oficial de la propiedad industrial de 13/10/2011), siendo uno de los proyectos pioneros en España, ya que se calculara y verificara por una entidad independiente.

Los resultados obtenidos verificados permiten a los productores mejorar el conocimiento de sus procesos no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino también en términos de eficiencia energética y consecuentemente, de rentabilidad económica.

El mensaje que estos productores pueden transmitir a la sociedad es que se han calculado las emisiones asociadas a sus productos y que su compromiso es reducirlas.

Creemos que puede ser de especial interés para los ganaderos de su asociación, y las empresas proveedoras

– clientes actuales y futuras, para obtener diferenciación  “ecológica” de su producto respecto al resto del mercado.

En estos países sea por ley, o por iniciativa privada, ya se encuentran en el mercado de cara al consumidor iniciativas de etiquetado como la que se propone, no debiendo el sector quedar rezagado respecto sus competidores europeos y/o extranjeros.

INTRODUCCIÓN

Los consumidores finales son cada vez más conscientes del impacto medioambiental de los productos. Esto se refleja en sus decisiones de compra, de forma que cada vez se tiene más en cuenta el rendimiento medioambiental de los productos.

Por otra parte, el desempeño ambiental se está convirtiendo en un importante impulsor de valor de marcas de productos, además de una fuente importante de legislación y normativa ambiental que abandona paulatinamente los esquemas punitivos a la producción para decantarse por opciones de influencia positiva sobre el mercado.

Como resultado de este proceso, los minoristas y proveedores de primer nivel han respondido mediante el fomento de sus proveedores para mejorar el impacto medioambiental de sus productos.

Esto se ha llevado a cabo principalmente mediante el establecimiento de contabilidad de la huella de carbono (así como, en menor medida la declaración ambiental de productos y el cálculo de huella ecológica) y los requisitos de información para los proveedores de modo que en los productos se tiene por parte del mercado, cada vez más en cuenta la huella de carbono de los procesos de compra, proceso de elaboración, productos o ingredientes de contenido en la selección de productos, evaluación de proveedores y otros aspectos de la cadena de suministro, como parte de los procesos de adquisición.

En apoyo de las tendencias del mercado descritas anteriormente, también ha habido un aumento de la regulación gubernamental y los incentivos financieros para la mejora del comportamiento ambiental de productos y procesos.

La lucha contra el cambio climático liderada por Naciones Unidas y por la Unión Europea y España como Estado Miembro ha sido en los últimos años un elemento clave en el aspecto medioambiental de los productos.

Por consiguiente la comprensión de la cantidad de gases de efecto invernadero emitida es un aspecto capital a tener en cuenta a lo largo del ciclo de vida del producto.

Además de los aspectos extrínsecos a la gestión ambiental por razones de satisfacción del consumidor y sus inquietudes en la búsqueda de una diferenciación positiva, existen motivos intrínsecos al propio productor que hacen que este tipo de herramientas tengan gran interés ya que el análisis de ciclo de vida (ACV) y su aplicación específica al cálculo de una huella ecológica es esencial a fin de identificar oportunidades para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el desempeño ambiental de una cadena de suministro (de la cuna a la tumba) y, por tanto, de sus productos (por ejemplo, teniendo en cuenta en estas decisiones relacionadas con el diseño de productos y la selección de proveedores, materiales, transporte, procesos de fabricación, etc.)

Además, es necesario demostrar la responsabilidad corporativa y de producto y satisfacer las necesidades de información con respecto a la huella de carbono de un producto.
 
Como resultado de todos estos aspectos coyunturales, la metodología y la capacidad y habilidad para calcular, reducir y comunicar la huella de carbono de los productos se está convirtiendo en un aspecto importante para el éxito de los productos en el mercado y, muy particularmente para aquéllos que proceden de agricultura ecológica y que, en consecuencia buscan una diferenciación por la calidad de todo el proceso de obtención.




¿QUE ES LA HUELLA DE CARBONO?

El cambio climático, provocado por la emisión de Gases de Efecto Invernadero (en adelante GEI) y en especial del CO2, es el azote de nuestro tiempo y existen evidencias considerables de que la mayor parte del calentamiento global ha sido causado por las actividades humanas. Hoy día, casi todas las actividades que realizamos (movilidad, alimentación, etc) y bienes que poseemos y utilizamos (bienes de consumo, hogar, etc) implican consumir energía, lo que significa contribuir a las emisiones a la atmósfera.
Bajo este prisma, la HUELLA DE CARBONO, representa una medida para la contribución de las organizaciones a ser entidades socialmente responsables y un elemento más de concienciación para la asunción entre los ciudadanos de prácticas más sostenibles.
Con esta iniciativa se pretende cuantificar la cantidad de emisiones de GEI, medidas en emisiones de CO2 equivalente, que son liberadas a la atmósfera debido a nuestras actividades cotidianas o a la comercialización de un producto. Este análisis abarca todas las actividades de su ciclo de vida (desde la adquisición de las materias primas hasta su gestión como residuo) permitiendo a los consumidores decidir qué alimentos comprar en base a la contaminación generada como resultado de los procesos por los que ha pasado.
La medición de la huella de carbono de un producto crea verdaderos beneficios para las organizaciones. La huella de carbono identifica las fuentes de emisiones de GEI de un producto. Esto por lo tanto permite definir mejores objetivos, políticas de reducción de emisiones más efectivas e iniciativas de ahorros de costo mejor dirigidas, todo ello consecuencia de un mejor conocimiento de los puntos críticos para la reducción de emisiones, que pueden o no pueden ser de responsabilidad directa de la organización.